El
desarrollo tecnológico avanza a gran velocidad y está provocando un impacto significativo
en nuestra sociedad hasta constatarse como una de sus dimensiones más
características. La sociedad está acostumbrándose a estos cambios, que se
instalan cada vez con mayor celeridad, y empieza a asumir la tecnología con
menos reticencias que hace no muchos años, es más, se generan constantes
expectativas futuras y se habla de los “integrados”
en términos de Eco, e incluso de los
tecnófilos en su dimensión más extrema. Como considera Terceiro (1996), la humanidad ha venido midiendo su progreso
históricamente, en términos de tecnología, con el resultado de que cada era nos
ha sobrepasado más rápidamente que las anteriores. Pues bien, hoy nos hallamos inmersos en la revolución más ràpida y si cabe trascendente, es ya un hecho que nuestra sociedad es digital y gran parte de la ciudadanía se identifican así mismos como ciudadanos digitales. Sin entrar en los dos componentes claves del germen de las TIC; telamática e informática, si es pertinente iniciar esta reflexión volviendo a los rudimentos de internet, así la red aún cotidiana e indispensable para muchos como algo intrínseco a la vida diaria, ha sido vivida desde sus inicios, y desde hace no demasiado tiempo por otros muchos, aquellos que podríamos considerarnos inmigrantes digitales.
Allá por los años 60 del siglo pasado, el Ministerio de Defensa de EEUU, establecía una red interestatal para gestionar y compartir recursos, nacía así la llamada ARPANet (Advance Projects Agency Net) o DARPARNet (en relación al ámbito al que se circunscribía: toda la defensa de EEUU). En un primer momento, esta red contaba con cuatro ordenadores distribuidos entre cuatro universidades, que pronto pasaron a 40, y siguieron creciendo hasta que se hizo neceraio pasar a una nueva red MILTET. ARPARTNet quedo así para el ámbito más propiamente académico y universitario. Fue ya en 1983 cuando podemos hablar propiamente del origen de Internet como tal, haciendo referencia a una red mundial de ordenadores que permite a éstos comunicarse de forma directa y transparente, compartiendo información y servicios a lo largo del mundo, cuyo primer impulso contaba ya con un gran número de usuarios y con un crecimiento vertiginoso en muy poco tiempo. Así, la WWW (Word Wide Web), es posible gracias a las contribuciones del británico Berners-Le, entre otros, y a principios de los 90, despega definitivamente de la mano de un estudiante norteamericano, que escribió el código del primer explorador de Web: Mosaic. Esto permitirá la distribución de forma gratuita por la red, así como el acceso a gráficos y documentos de texto dentro de Internet. Esto supuso una auténtica revolución, y a partir de ese momento no ha parado de crecer. En la actualidad, Internet, representa uno de los más expresivos ejemplos de los beneficios de la investigación científica y el compromiso de la innovación tecnológica. Y a gracias a sus potencialidades, hoy asistimos a lo que podríamos denominar "Sociedad de redes": no de individuos ni de instituciones aisladas, sino de individuos e instituciones conectadas en la red: "El futuro está en la red".
2. WEB 2.0. : TRÁNSITO DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN A LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.
Si bien, y haciendo eco de las consabidas afirmaciones de que las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas sino que depende del uso que se les de, y que no basta con la inclusión del medio en sí mismo, su implementación en el aula requiere de múltiples aspectos a considerar tanto en relación a los sujetos a los que van diridas como a las instituciones donde quedan contextualizadas (variables evolutivas, fisiológicas, culturales, de los sistemas educativos y de desarrollo socioeconímico), como aquellas curriculares y las propias referidads a los medios (costo-eficacia; adecuación, resitencia y flexibilidad, disponibilidad, cualidades técnicas u nivel de complejidad). Por tanto, no es fácil su adecuación a las aulas en íntima relación con los aspectos pedagógicos, organizativos y tecnológicos a considerar en las mismas, y entre todos ellos, destaca especialmente la falta de formación del profesorado, y de creatividad e iniciativa docente, para los que el modelo tradional tiene todavía demasiado peso. En consecuencia, las aulas de hoy distan poco en muchos sentidos de las de antaño, y si bien se van integrando las tecnologías, su proceso es todavía lento y demasiado pautado. Iniciativas como las propuestas por el bazar de los locos, son pues un punto de partida al ansiado cambio. Por su parte, y desde ciertos ambitos, también se insta a reflexionar detenidamente sobre este particular, así pues iniciativas como Escuela 2.0 apuestan decididamente por la necesaria transformación de las aulas más allá del cambio de pizarras.
En concreto mi reflexión detenida el año pasado, a instancias del excelente profesor que tuve la oprtunidad de tener, no sólo impulsor de las TIC en el aula, sino desde su plena inclusión y atención a la diversidad, D. Francisco Javier Soto Pérez, quedó sintetizada en una pequeña aportación con respecto a la necesidad de formación del profesado en TIC. Ésta con vuestro permiso es la que os dejo a continuación:
Allá por los años 60 del siglo pasado, el Ministerio de Defensa de EEUU, establecía una red interestatal para gestionar y compartir recursos, nacía así la llamada ARPANet (Advance Projects Agency Net) o DARPARNet (en relación al ámbito al que se circunscribía: toda la defensa de EEUU). En un primer momento, esta red contaba con cuatro ordenadores distribuidos entre cuatro universidades, que pronto pasaron a 40, y siguieron creciendo hasta que se hizo neceraio pasar a una nueva red MILTET. ARPARTNet quedo así para el ámbito más propiamente académico y universitario. Fue ya en 1983 cuando podemos hablar propiamente del origen de Internet como tal, haciendo referencia a una red mundial de ordenadores que permite a éstos comunicarse de forma directa y transparente, compartiendo información y servicios a lo largo del mundo, cuyo primer impulso contaba ya con un gran número de usuarios y con un crecimiento vertiginoso en muy poco tiempo. Así, la WWW (Word Wide Web), es posible gracias a las contribuciones del británico Berners-Le, entre otros, y a principios de los 90, despega definitivamente de la mano de un estudiante norteamericano, que escribió el código del primer explorador de Web: Mosaic. Esto permitirá la distribución de forma gratuita por la red, así como el acceso a gráficos y documentos de texto dentro de Internet. Esto supuso una auténtica revolución, y a partir de ese momento no ha parado de crecer. En la actualidad, Internet, representa uno de los más expresivos ejemplos de los beneficios de la investigación científica y el compromiso de la innovación tecnológica. Y a gracias a sus potencialidades, hoy asistimos a lo que podríamos denominar "Sociedad de redes": no de individuos ni de instituciones aisladas, sino de individuos e instituciones conectadas en la red: "El futuro está en la red".
"Internet es el mejor exponente del emergente tercer
entorno en el que se desarrolla la actividad social de las personas, el entorno
virtual. Además de ser un medio de
información y comunicación, supone una
ampliación de la realidad con nuevos espacios para la interacción social" Y esto es posible en tanto que "no es un espacio físico-espacial y presencial
sino electrónico y representacional. Tampoco sincrónico y proximal sino multicrónico y distal".
Javier Echevarría. (2000).
2. WEB 2.0. : TRÁNSITO DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN A LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.
Siguiendo con la argumentación anterior, podríamos decir que la verdadera revolución social se da de la mano de las herramientas de la Web 2.0. como epicentro definitivo del paso de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento. En concreto, serán tres los aspectos esenciales que de forma progresiva afianzan su consolidación: el espíritu colaborativo: compartir información, que se va haciendo posible durante la década de los 60; la comercialización de programas de uso individual en los 70, y de forma transcendente y a partir de los 90 las redes sociales.
El concepto de Web 2.0, tal y como lo conocemos hoy, fue acuñado en 2004 por Tim O´ Reilly, y hace referencia a: “la red como plataforma,
extendiéndose a todos los dispositivos conectados: las aplicaciones web 2.0,
son aquellas que utilizan las mejores ventajas intrínsecas de la plataforma:
distribuyendo el software como servicio constantemente actualizado que es mejor
cuanto más gente lo usa, consumiendo y remezclando datos de múltiples fuentes,
incluyendo usuarios individuales, mientras que proporcionan sus propios datos y
servicios de manera que permiten otras remezclas, creando efectos de red o a
través de una arquitectura de participación”, y que va más allá de la metáfora
de la página web 1.0, para proporcionar experiencias enriquecedoras al
usuario”. Asi pues, podríamos decir que los sitios web o plataformas web en constante evolución y en su mayoría gratuitas, que permiten la sindicación de contenidos, facilitan la publicación y la investigación proporcionando el acceso a contenidos de forma sencilla, hacen posible la interacción gracias a la participación; permiten la personalización y reutilización de contenidos así como una mejor interoperabilidad entre aplicaciones , y estimulan y generan la inteligencia colectiva. En efecto, a través de las mismas ha surgido una "nueva inteligencia" en un doble sentido: ambiental (en tanto que han conformado una relación más amigable, racional, productiva, sostenible y segura del invidividuo con su entorno consecuencia de la explosión de las diferentes herramientas de la web 2.0, con las que es posible interaccionar en cualquier entorno) y distribuida (hemos pasado de la sociedad de la memoria a la sociedad del conocimiento).
En sintesis, han generado toda una nueva filosofía de vida bajo el estandarte de colaboración: "han transformado nuestra manera de acturar y de pensar"
WEB 2.0: LA REVOLUCIÓN SOCIAL DE INTERNET.
Pero ¿Qué implicaciones tiene para la educación?
Las TIC, y las herramientas de la Web 2.0, parecen haber irrumpido con fuerza y sin cuestionamientos en todos los ámbitos sociales, así se hace evidente la transformación tecnologica en no pocas parcelas laborales de todo tipo y condición. Sin embargo, parecen ser todavía demasiado tangenciales a la propia educación, la cual y como se ha comentado ya en alguna ocasión, es condición sine qua nom para mermar la brecha digital, adquirir la alfabetización digital y seguir los parámetros actuales de la formación permante a lo largo y a lo ancho de la vida.
En efecto, y sin entrar de lleno en una cuestión que podría abarcar no pocas líneas de argumentación en múltiples sentidos, las características de la web 2.0, la configuran por su propia condición social actual, como un marco de referencia obligado para el docente en el aula. Es necesario enseñar y ser competentes digitalmente, esto, es tener habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información y para transformarla en conocimiento. Además, de ser capaz de interaccionar con distintas aplicaciones, con grupos heterogéneos y actuar de forma autónoma en la red. (Veáse "la competencia digital de Jordi Adell: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/mochiladigital/didactica/Adell_competencia_digital.pdf )
Si bien, y haciendo eco de las consabidas afirmaciones de que las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas sino que depende del uso que se les de, y que no basta con la inclusión del medio en sí mismo, su implementación en el aula requiere de múltiples aspectos a considerar tanto en relación a los sujetos a los que van diridas como a las instituciones donde quedan contextualizadas (variables evolutivas, fisiológicas, culturales, de los sistemas educativos y de desarrollo socioeconímico), como aquellas curriculares y las propias referidads a los medios (costo-eficacia; adecuación, resitencia y flexibilidad, disponibilidad, cualidades técnicas u nivel de complejidad). Por tanto, no es fácil su adecuación a las aulas en íntima relación con los aspectos pedagógicos, organizativos y tecnológicos a considerar en las mismas, y entre todos ellos, destaca especialmente la falta de formación del profesorado, y de creatividad e iniciativa docente, para los que el modelo tradional tiene todavía demasiado peso. En consecuencia, las aulas de hoy distan poco en muchos sentidos de las de antaño, y si bien se van integrando las tecnologías, su proceso es todavía lento y demasiado pautado. Iniciativas como las propuestas por el bazar de los locos, son pues un punto de partida al ansiado cambio. Por su parte, y desde ciertos ambitos, también se insta a reflexionar detenidamente sobre este particular, así pues iniciativas como Escuela 2.0 apuestan decididamente por la necesaria transformación de las aulas más allá del cambio de pizarras.
"El reto principal al que se enfrenta la escuela
en la actualidad, es el de preparar a los jóvenes para vivir en la sociedad de la información: a
través de la Escuela 2.0., que intenta recoger los retos y oportunidades y
deseos de cambio, de un creciente número de educadores/as para transformar la
educación". Jordi Adell (citado en Soto, 2012).
En concreto mi reflexión detenida el año pasado, a instancias del excelente profesor que tuve la oprtunidad de tener, no sólo impulsor de las TIC en el aula, sino desde su plena inclusión y atención a la diversidad, D. Francisco Javier Soto Pérez, quedó sintetizada en una pequeña aportación con respecto a la necesidad de formación del profesado en TIC. Ésta con vuestro permiso es la que os dejo a continuación:
FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN TIC.
BIBLIOGRAFÍA.
Terceiro, J. B. (1996). Sociedad digital. Madrid: Alianza.
Echevarría, J. (2000).
Educación y tecnologías telemáticas. En
Revista Iberoamericana de Educación nº 24, Diciembre.
Soto, J. (2012) Innovación tecnológica y de la enseñanza. Universidad de Murcia. Documento policopiado.
